¿Quién está detrás del avatar amarillo de Whatsapp?

En los últimos días muchos usuarios del servicio de mensajería instantánea han cambiado su foto de perfil por un fondo amarillo como supuesto símbolo de protesta por los actuales recortes del Gobierno
LA VOZ
22 de enero de 2014 17:39
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El Whatsapp se ha teñido de amarillo. La última campaña de protesta que se ha realizado a través de este servicio de mensajería instantánea ha llevado a los usuarios a intercambiar sus habituales fotos de perfil por una sencilla imagen de color amarillo. Sin detalles, sin artificios y sin ningún mensaje que aclare la causa de este cambio, han sido muchos los que se han preguntado a qué se debían los cambios.

A muchos otros, las dudas se les han disipado después de recibir un mensaje que ya se ha convertido en cadena.

«Entiendo que la foto de tu perfil es algo importante para ti, pero si me ayudas vamos ha hacer una protesta contra la clase política de España, contra sus privilegios, contra la subida de precios e impuestos, ante el derecho a decidir por ti misma si abortas o no, contra las letras pequeñas de los bancos que estafan con cláusulas abusivas o venta de estafas en forma de preferentes», reza el mensaje que muchos ya han compartido.

La protesta, que durará hasta el domingo 26 de enero, pretende hacer llegar el mensaje la clase política y con ello conseguir «que se den cuenta de que el pueblo se está uniendo, que no nos van a callar y que esto ya se les está yendo de las manos».

A pesar de la información oficial, lo cierto es que todo tipo de teorías «conspiratorias» se han extendido por la red y los usuarios de Twitter o Facebook ya han alertado de posibles «segundas intenciones» detrás de este mensaje.

Algunos explican que se puede tratar de un mensaje encriptado que «podría acceder a la base de datos de los usuarios consiguiendo ver los contactos y demás detalles» y otros incluso hablan de la existencia de grupos políticos detrás de una campaña orquestada con el único objetivo de causar algún problemilla al Gobierno.

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